¿Por qué el Platino de Alan Wake II es de mi favoritos?
Bien, pues acabo de terminar Alan Wake II. Pero lo más sorprendente es que simultáneamente he conseguido el trofeo de platino del juego, en la primera vuelta y sin pretenderlo.
Breve explicación de lo que son los trofeos en un videojuego.
Los Trofeos son una serie de logros opcionales que los jugadores podemos desbloquear al completar ciertos objetivos en los videojuegos. Se pueden desbloquear completando la historia del juego, superando ciertos desafíos o encontrando secretos.
Existen de varios tipos, pero únicamente un platino por juego, este se concede una vez tengas todos los anteriores. La cantidad de trofeos y criterios para conseguirlos varían en cada videojuego.
¿Qué hace que en Alan Wake II el Platino sea distinto?
Normalmente, cuando empiezo un juego, no tengo el platino en mente, de hecho, no miro ni guías, ni los trofeos del mismo. Lo primero para no destriparme nada interesante y lo segundo para jugar relajado, ajeno a las exigencias de los trofeos.
En este caso, como en muchos juegos, gran parte de los trofeos se consiguen con el simple hecho de avanzar en la historia.
Los opcionales, en cambio, están relacionados con la exploración y la obtención de recompensas. Además se encuentran en escenarios que amplían la narrativa y te sumergen más en el mundo del juego.
Pero lo mejor, es que ha sido muy sencillo e intuitivo conseguir estos trofeos, porque iba explorando hasta el último rincón de cada zona, ya que no quería perderme ningún detalle. Y de esta manera y sin pretenderlo, he llegado al final del juego con todo explorado y sobre todo, disfrutado.
Mejor que otros juegos del mismo género
En cambio, otros survival horror, como Resident Evil 4 o Dead Space, que me he pasado este año en sus versiones Remake para Playstation 5, magníficos juegos ambos, vaya eso por delante.
Tienen trofeos que requieren jugar en la dificultad máxima, la cual no está desbloqueada desde el principio. Y por supuesto tienes que pasarte el juego sin las mejoras conseguidas en la primera partida si quieres ese trofeo.
Por otro lado tienes que mejorar las armas al máximo, algo que no puedes conseguir en la primera pasada, por lo que tendrías que volver a empezar otra vez más.
Además ambos también coinciden en un trofeo que exige pasarte el juego completo utilizando un solo tipo de arma. Por lo que tendrías que dedicar otra pasada a la historia para conseguirlo.
Este tipo de trofeos me parecen artificiales y poco divertidos.
¿Perder el tiempo? No gracias
En mi opinión, los trofeos deberían centrarse en la habilidad del jugador, como por ejemplo derrotar a 20 enemigos seguidos sin que te golpeen.
O incluso en la exploración, siempre que los mapas sean de una tamaño aceptable. Pero nunca en la necesidad imperiosa de empezar una y otra vez partida nueva.
Porque al final, alguien completista como yo, va a pretender conseguir los trofeos, y cuando esté en la segunda partida viendo que tiene ciertas limitaciones para conseguir los dichosos trofeos, se dará cuenta de que ya no está disfrutando tanto el juego. Así que no gracias.
Alargar un juego de manera artificial
En resumen, este tipo de logros únicamente tienen como finalidad mostrar en las reviews de medios profesionales del sector que el juego tiene una gran cantidad de horas jugables si quieres conseguir el 100%. Esto genera una falsa sensación en el aficionado de que el juego es más largo y por lo tanto más disfrutable y no siempre es así.
Los ejemplos que he puesto anteriormente, en mi opinión, si son buenos juegos para rejugar, pero conseguir su platino no lo es para nada.
Más platinos así
En definitiva, me parece que el platino de Alan Wake II es un buen ejemplo de cómo deberían ser los platinos de los videojuegos. Se consiguen de forma natural, sin tener que obligar al jugador a realizar tareas aburridas o repetitivas.
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